Es hora de soltar

Todos hemos tenido un amor, grande, pequeño, fugaz, extraño, increíble, etc.. Esta página está dedicada para contar las historias que se viven y rara vez se cuentan, pero esta vez, este espacio es para todo lo que no dijiste en el momento. Hay palabras que ya no fueron escuchadas por una u otra razón y probablemente ahora que las escribas aquí no sean leídas pero es que esto no es para aquella persona, es para ti, para que tú puedas soltar eso que no te deja dormir, eso que piensas de repente, eso que te gustaría haber dicho y nunca tuviste la oportunidad, pues yo aquí te dejo un espacio para que lo hagas.

Ahora al oír tu nombre vienen a mi cabeza sólo buenos recuerdos, nunca dejaré de reírme de la vez que estábamos enojados y por no fijarme me estampé con un árbol (te mentí, sí me dolió). La vez que llegaste con tu camisa de cuadros a presentarte, no te lo dije pero te veías muy bien y puedo recordar cada detalle. Recuerdo también todas las cartas que me escribiste (sobre todo esa que nunca llegó a mis manos) y las veces que me regalabas detalles hechos por ti, gracias por tomarte el tiempo. Todos los días me visitabas y cuando llegabas a casa me llamabas, me encantaba que lo hicieras. Te quise tanto que sentí que mi lugar estaba a tu lado, tus ojos azules me robaron el corazón en cuanto te vi en aquella cafetería. Por primera vez amé hasta sentir que por dentro algo latía rápidamente y mis manos siempre se ponían frías al saber que era hora de vernos. Cada vez que me llega el olor de tu loción en la calle te recuerdo y deseo que donde te encuentres estés bien.

Yo tampoco quise hacerte daño, lo que pasó fue para bien, he entendido la lección que la vida me quiso dar a través de ti. Siendo sincera, no me gustó cómo te comportaste conmigo, te equivocaste y yo también lo hice, lo siento no sabía cómo cuidar nuestro corazón. Creo que nos faltó madurez para tomar muchas decisiones, siempre voy a agradecer que hayas aparecido en mi vida y siempre vas a tener un espacio importante en mi historia. Me enseñaste muchas cosas, nos regalamos sonrisas, momentos que no se repetirán, hubo muchos besos inolvidables, pasos de baile, miradas, varios te extraño que no oí y otros más de mi parte que no oíste, muchos te amo, un poema y un sin fin de canciones que parecían escritas por nosotros.

Hoy ya no queda nada de esto y con el tiempo aprendí a ver que estas historias cumplieron su misión en mi vida y por algo los conocí. Ahora sé con más claridad lo que quiero, gracias por estar en mi vida, es hora de soltar.