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¿Por qué sentimos que estamos verdaderamente listos para el 2020?

  • Foto del escritor: lifeishortce
    lifeishortce
  • 31 dic 2019
  • 3 Min. de lectura

Este año se dividió en cuatro partes: amistades, trabajo, familia y amor. En el trabajo mejoraste en las áreas que consideraste eran las más débiles, mismas que te habían ocasionado problemas. Aprendiste a manejar las diversas crisis con los clientes y hasta con tus mismos compañeros de trabajo. Ahora aplicas la regla de los 5 minutos, si no sirve o no aporta no lo tienes que decir y también lo haces para inhalar y exhalar antes de enojarte por x o y. Creciste y ya es fácil para ti recordar lo bueno que eres y lo que vale tu conocimiento.


En la familia entendiste que hay muchas situaciones que tú no puedes solucionar ni cargar. Que las decisiones que tomaban a tu alrededor no te afectan a ti y por eso no debes de preocuparte por las consecuencias. Te diste cuenta que ahí mismo, donde creías que tu corazón estaba a salvo, es donde más lo tienes que cuidar porque, nadie va a ver por ti más que tú mismo. Así que, no llenas más tu cabeza con información que no necesitas, eliminaste las opiniones no pedidas y ¿qué crees? ¡Por fin estás más ligero!




Pero faltan dos partes que fueron las claves para que estos años se sintieran renovadores en su totalidad.


Continúo con las amistades que se fueron porque así lo decidieron, las que se fueron solitas y las que tu alejaste. Todas tienen en común algo… como lo escribí en el artículo “Sí, puedes irte”, todo esto lo hiciste por CUIDAR TU CORAZÓN, así que, es totalmente válida cualquier decisión que hayas tomado. Aceptas que tu mejor amigo ya no lo es más y que lo que vivieron fue tan increíble que al recordar cada broma te va a volver a hacer reír tanto como la vez que sucedió y que eso es lo padre de haberlo tenido en tu vida, que te dejó momentos graciosos en los que puedes apoyarte por si tienes un mal día. Que el tiempo lo debiste de haber valorado más porque si acaso llega a volver, nunca va a ser igual.


A esas amistades que se fueron, ¡gracias vida, gracias Dios! Se aportaron lo que tenían que aportarse, si se hicieron daño sabes que no fue intencional por ninguna parte, entendiste las circunstancias y simplemente ya no tenías que seguir en el mismo camino. ¡Así de fácil! Estas amistades son más como pequeños escalones y uno mismo ha llegado a serlo en la vida de los demás, así que, es normal el ir y venir.


Y las más difíciles fueron las amistades que uno mismo aleja por el bien de los dos. Cuesta un poco llegar a creer lo que en realidad está sucediendo, ese siempre juntos ya no se escucha tan real, ni tan seguro, los planes a futuro se desvanecen y la confianza se convierte en un hielo en pleno sol. ¿Por qué? Pues, porque así tenía que suceder, a lo largo de nuestro tiempo juntos, se nos ponen de frente muchas situaciones de las que debemos salir con éxito los dos, pones en una balanza lo bueno y lo malo, el lado que gana es el de las cosas malas y ahí es donde decides no cargar con ese peso y te vas. Así fue, así es y así debería de ser siempre. Saber decir adiós en el momento indicado es de sabios. ¡Vaya! le dije adiós a muuuuchas amistades que me detenían para llegar a mi proyecto.


Y al final dejamos al más importante, el amor. Fueron muchos ojos, manos, sonrisas, palabras, canciones dedicadas, momentos únicos… pero ni con todo eso se alcanzó a llenar lo que el corazón busca. La gente te dijo que te volviste “exigente” y antes eso a sonaba como una falta de respeto, como si fuera una grosería y ahora lo ves como cierto, claro que te vuelves exigente ¡estás cuidando quién entra en tu corazón! Ya es fácil para ti decidir quién sí y quien no, ya sabes qué es lo que te llena y qué es lo que no es negociable, ya sabes perfecto en lo que puedes ceder y las metas que quieres que cumplan contigo. Te sientes listo porque ya pasaste por muchas situaciones que te hicieron pensar de la forma tan correcta como lo haces ahora. Y es correcta porque se siente bien en tu corazón, porque lo estás cuidando y no estás dispuesto a perder el tiempo. Quieres disfrutar cada segundo aprendiendo más y más, puliendo esos defectos para estar en armonía y seguir creciendo.


ESTÁS LISTO PORQUE YA SABES LO QUE QUIERES, LO QUE TIENES Y A DÓNDE VAS.

 
 
 

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